Masutatsu Oyama, nació en Corea en 1923 bajo el nombre de Hyung Yee, mostrando un temprano interés por las artes marciales, comenzando a practicar chabee a los nueve años. A los catorce, fue enviado a Japón, donde cambió su nombre y comenzó a entrenar judo y karate, bajo maestros como Gichin Funakoshi y So Neishu. Con un entrenamiento riguroso, Oyama se destacó en el karate y en 1947 se proclamó campeón del campeonato de karate de todo Japón.

Decidido a perfeccionarse, se retiró a la montaña para entrenar intensamente durante meses. Durante su retiro, endureció su cuerpo y mente y se enfrentó a desafíos inusuales, como luchar contra toros, en uno de los cuales consiguió arrancar un cuerno con su mano. Estas hazañas le dieron fama, lo que le permitió realizar exhibiciones en Estados Unidos, contribuyendo a la difusión del karate.

 Oyama también viajó por Asia, enfrentándose a luchadores de diversos estilos, siempre saliendo victorioso. Por su habilidad y destreza en el combate, se ganó el apodo de Godhand. Su legado más importante es el Kyokushin, un estilo de karate que hoy se practica en todo el mundo. Sosai Oyama falleció en 1994, dejando una marca imborrable en las artes marciales.

Extracto del libro Kyokushin: evolución sin olvidar la traducción, cuyo autor es el shihan Fernando Pérez.